“El Islam” es una palabra de origen árabe que significa paz y sumisión. Un musulmán practicante se esfuerza incondicionalmente por rendirse a Dios, por lo tanto consigue paz tanto en esta vida como en el Más Allá.
El Islam es la última de las tres religiones abrahámicas precedidas por el Judaísmo y Cristianismo. Como tal, es una religión basada en la Revelación que cree en un único Dios y la orientación revelada por Dios a sus profetas. Abraham, Moisés, Salomón y Jesús son todos considerados como profetas del Islam: por lo tanto, el Islam no es una nueva religión, sino la culminación final y el cumplimiento de la misma verdad esencial revelada por Dios a través de todos sus profetas a cada nación (Corán, 3:84). Alrededor del año 610 d.C., un hombre llamado Muhammad pasaba tiempo solo en la cueva de Hira, donde se retiraba regularmente del bullicio de la concurrida ciudad comercial de La Meca para contemplar los misterios de la vida. Muhammad era conocido como “el fidedigno” entre sus amigos y familiares porque siempre fue sincero y honesto en sus tratos con los demás. Fue hacia el final del mes lunar del Ramadán, durante la noche que ahora se conoce y celebra como la Noche del Qadr, cuando las revelaciones del Corán comenzaron a transmitirse al Profeta Muhammad a través del Arcángel Gabriel. Continuó recibiendo estas revelaciones durante veintitrés años. Dichos versos memorizados y escritos son el mismo libro que los musulmanes leen hoy en día.
Además del Corán, los musulmanes tienen inscripciones de la vida y las prácticas del Profeta (la Sunna). Esto incluye cosas como la forma de rezar y hacer la ablución, los detalles sobre cómo realizar la peregrinación y muchas otras prácticas que ilustran la creencia en un solo Dios. También están los dichos y los actos del Profeta, que fueron transmitidos y registrados por las personas de la época. Estos se conocen como hadíces y sirven de guía sobre cómo vivir la fe.